sábado, 23 de abril de 2022

REPRODUCCIÓN ASISTIDA


Antes de la humana invención de las técnicas de reproducción asistida los problemas de infertilidad se resolvían en romerías afamadas para este fin (véase Yerma de García Lorca) y se intentaba mejorar con toda clase de remedios mèdicos de acuerdo al estado de la ciencia del tiempo. Entre los dichos remedios sobresalía la raíz de la mandrágora. De nuevo volvemos al pícaro de Alfarache para saber que:


"Su raíz «parece útil a los hechizos», y tiene muy variadas virtudes, y los consiguientes riesgos. Combate la flema y la melancolía, calma el dolor, produce sueño (y aun la mudez, la locura y la muerte); médicos y cirujanos la aplican como anestésico para cauterizar y cortar, o simplemente para tratar las llagas, la irritación de los ojos y el mal de madre (de ahí se pasa a otras aplicaciones ginecológicas). Por añadidura, ya se sabe que la forma de esa raíz tiene un inquietante parecido con la del cuerpo humano; es como la de un hombre en miniatura, y sus razones tuvo Pitágoras para dar a la tal planta el nombre de anthropomorphon. Pero hay burladores que «para engañar al pueblo ignorante» tallan las raíces de la mandrágora, les insertan granos de trigo, las ponen bajo tierra y, así, logran que broten de ellas «hierbas» a modo de barbas y pelo, «y estonces las sacan como cosa monstruosa, y las venden por cuanto quieren, para hazer hijos a unas mujercillas estériles, que mueren por empreñarse».




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