En esta malhadada pandemia que aún colea hemos aprendido, por que lo hemos vivido, la importancia de las medidas preventivas y de aislamiento. Se han cerrado fronteras, puertos y aeropuertos. Todas estas medidas ya eran conocidas en el siglo XVI.
Veamos que encuentra Pedro de Urdemalas cuando, huyendo de la esclavitud en Constantinopla, y tras múltiples aventuras en las islas del Egeo, arriba en Sicilia a tierra cristiana.
CAPÍTULO XIII
A través de Italia
JUAN.-Llegados ya en salvamento en Siçilia ¿grande contentamento terníais por ver que ya no había más peligros que pasar?
PEDRO.-¿Cómo no? El mayor y más venturoso estáis por oír. En todas las çibdades de Siçilia tienen puestos guardianes, que llaman de la sanidad, y más en Mesina, donde yo llegué; para que todos los que vienen de Levante, adonde nunca falta pestilençia, sean defendidos (prohibidos) con sus mercancías entrar en poblado, para que no se pegue la pestilençia que dicen que traen; y éstos, quando viene alguna nabe, van luego a ella y les ponen grandes penas de parte del Virrey que no se desembarque nadie; si tiene de pasar adelante embía por tercera persona a comprar lo que ha menester, y vase. Si quiere descargar allí el trigo, algodón o cueros que comúnmente traen, habida liçençia que descargue, lo tiene de poner todo en el campo, para que se oree y exhale algún mal humor si trae, y todas las personas ni más ni menos.
Viaje de Turquía (La Odisea de Pedro de Urdemalas). Cristobal de Villalon
Encantador el disfraz de cuervo.
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