Es éste libro entretenido, bien escrito y muy decoroso en sus aventuras picarescas. Agradable de leer y prueba indudable de que la literatura francesa tuvo que tomarlo todo de los diversos lázaros hispanos.
"No me pesaba el haber abandonado la Medicina; antes bien, pedía perdón a Dios de haberla ejercido. Con todo, no dejé de contar el dinero que llevaba, aunque era el salario de mis homicidios y de mis asesinatos, semejante a las mujeres públicas, que después de arrepentidas de su mala vida no por eso dejan de contar con gusto el dinero que les ha valido."
Gil Blas de Santillana. Libro II. Capítulo VI.
Me parece razonable que quien se arrepienta de lo que considera malo no incluya en su arrepentimiento lo que considera bueno. Y el dinero, lo mires por donde lo mires...
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