“A su madre, cuando se hallaba encinta de él, le vino la aparición de
un demon egipcio; era Proteo, el que en Homero cambia de forma. Ella, sin
ningún temor, le preguntó qué iba a dar a luz. Y él le dijo:
-
A mí.
-
Y tú, ¿quién eres? - replicó ella.
-
Proteo, -dijo- el dios egipcio.”
Vida de Apolonio de Tiana. Filóstrato.
Biblioteca Básica Gredos, 2002.
Traducción: Alberto Bernabé Pajares
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