Todavía hoy, en el siglo XXI el hambre y la malnutrición infantil son una lacra de la humanidad, pues según la OMS cincuenta y dos millones de niños menores de cinco años sufren de emaciación. (*) Las guerras son responsables en buena parte de este problema y como no puede ser de otra manera, la literatura clásica lo ha destacado patéticamente.
Veámos hoy este fragmento de la mejor tragedia prelopista que ha dado España, La Numancia, de Don Miguel de Cervantes Saavedra.
Madre.
¿Qué mamas,
triste criatura?
¿No sientes
que, a mi despecho,
sacas ya del
flaco pecho,
por leche,
la sangre pura?
Lleva la
carne a pedaços
y procura de
artarte,
que no
pueden ya llevarte
mis flacos,
cansados braços.
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