domingo, 17 de abril de 2022

LA NÁUSEA Y LOS POLLITOS



Conocido y afamado es el episodio del Lazarillo en que el joven pícaro vomita al ciego cuando éste, al olerle la boca, le introduce las narices y le induce tremenda arcada. 
Nuestro otro pícaro de cabecera, Guzmán de Alfarache, refiere un episodio de tremendas bascas y nauseas cuando en una venta del camino (¡¡malhadas ellas¡¡) la vieja bruja de la venta le "regala" una tortilla de tres huevos algo más que pasados. 
Lo que en Las Filipinas, por otro lado, es un manjar. ¡Viva Martín Harris¡ (*)



"Díjele (a la mesonera) que iba a la corte, que me diese de comer. Hízome sentar en un banquillo cojo y encima de un poyo me puso un barredero de horno, con un salero hecho de un suelo de cántaro, un tiesto de gallinas lleno de agua y una media hogaza más negra que los manteles. Luego me sacó en un plato una tortilla de huevos, que pudiera llamarse mejor emplasto de huevos.

Ellos, el pan, jarro, agua, salero, sal, manteles y la huéspeda, todo era de lo mismo. Halléme bozal, el estómago apurado, las tripas de posta, que se daban unas con otras de vacías. Comí, como el puerco la bellota, todo a hecho; aunque verdaderamente sentía crujir entre los dientes los tiernecitos huesos de los sin ventura pollos, que era como hacerme cosquillas en las encías.

Bien es verdad que se me hizo novedad, y aun en el gusto, que no era como el de los otros huevos que solía comer en casa de mi madre; mas dejé pasar aquel pensamiento con la hambre y cansancio, pareciéndome que la distancia de la tierra lo causaba y que no eran todos de un sabor ni calidad. Yo estaba de manera que aquello tuve por buena suerte.....

Entre unas y otras imaginaciones encontré con la verdad y, teniendo andada otra legua, con sólo aquel pensamiento, fue imposible resistirme. Porque, como a mujer preñada, me iban y venían eruptaciones del estómago a la boca, hasta que de todo punto no me quedó cosa en el cuerpo. Y aun el día de hoy me parece que siento los pobrecitos pollos piándome acá dentro. 

1 comentario:

  1. De Marvin Harris leí Vacas, cerdos, guerras y brujas. Ahora me propongo leer Bueno para comer.

    ResponderEliminar