¿He dicho mucho? Pues digo que no es menos. ¡Qué bien se disponen las cosas de noche à escuras con el almohada ¡Cómo saliendo el sol al punto las deshace como a la flaca niebla en el estío! ¡Quién me pudiera ver, cuando esta cuenta hice, con cuánto cuidado y poca gana de dormir la fabri qué! Fueron castillos en arena, fantásticas quimeras. Apenas me vestí, que todo estaba en tierra. Tenía trazadas muchas cosas, ninguna salió cierta; antes al revés y de todo punto contraria. Todo fue vano, todo mentira, todo ilusión, todo falso y engaño de la imaginación, todo cisco y carbón, como tesoro de duende.
Guzmán de Alfarache I, Libro II, capítulo 1.
En tal tesitura, entre el pensar y el obrar, "Preferiría no hacerlo" (Herman Melville: Bartleby, el escribiente).
ResponderEliminarClaro que pensar por pensar puede ser divertido: "Me divierto pensando. ¿Comprende? Miro por la ventana y pienso. Pocas personas saben hasta qué punto es divertido pensar" (Simenon: Maigret y el fantasma).