JOSE CADALSO
derramado antes de la aparición; la falta de alimento; la frialdad de la noche; y el dolor que tantos días antes rasgaba mi corazón, me pusieron en tal estado de debilidad, que caí desmayado en el mismo hoyo de donde había salido el objeto terrible. Allí me hallé por la mañana en brazos de muchos concurrentes piadosos, que habían acudido a dar al Criador las alabanzas, y cantar los himnos acostumbrados. Lleváronme a mi casa, de donde volví en breve al mismo puesto. Aquella misma tarde hice conocimiento contigo, y me prometiste lo que ahora vas a finalizar.
LORENZO. Pues esa misma tarde eché menos en casa (poco te importará lo que voy a decirte; pero para mí es el asunto de más importancia), eché menos un mastín que suele acompañarme, y no pareció hasta el día siguiente. ¡Si vieras qué ley me tiene! Suele entrarse conmigo en el templo, y mientras hago la sepultura, no se aparta de mí un instante. Mil veces, tardando en venir los entierros, le. he solido dejar echado sobre mi capa, guardando la pala, el azadón y los demás trastos de mi oficio.
TEDIATO. No prosigas: me basta lo dicho. Aquella tarde no se hizo el entierro: te fuiste: el perro se durmió dentro del hoyo mismo. Entrada ya la noche despertó. Nos encontramos solos él y yo en la iglesia (¡mira qué causa tan trivial para un miedo tan fundado al parecer!): no pudo salir entonces, y lo ejecutaría al abrir las puertas y salir el sol; lo que yo no pude ver por causa de mi desmayo. -
LORENZO. Ya he empezado a alzar la losa de la tumba. Pesa infinito. ¡Si verás en ella a tu padre! Mucho cariño le tienes, cuando por verle pasas una noche tan dura... ¡Pero el amor de hijo! Mucho merece un padre... -
TEDIATO. ¡Un padre!, ¿por qué? Nos engendran por su gusto; nos crían por obligación; nos educan para que les sirvamos; nos casan para perpetuår sus nombres; nos corrigen por caprichos; nos desheredan por injusticia; nos abandonan por vicios suyos.³
LORENZO. Será tu madre... mucho debemos a una madre. -
TEDIATO. Aún menos que al padre; nos engendran también por su gusto: tal vez por su incontinencia; nos niegan el alimento de la leche que naturaleza les dio para este 1
8. En la edición del Correo de los Ciegos figura una nota, que Edith Helman considera añadida por el editor. Dice así: «esta moralidad se ha de entender de los malos padres, y del mismo modo las siguientes».
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NOCHES LUGUBRES
único y sagrado fin; nos vician con su mal ejemplo; nos sacrifican a sus intereses; nos hurtan las caricias que nos deben; y las depositan en un perro o en un pájaro." LORENZO. ¿Algún hermano tuyo te fue tan unido que vienes a visitar los huesos? 1
TEDIATO. ¿Qué hermano conocerá la fuerza de esta voz? Un año más de edad; algunas letras de diferencia en el nombre; igual esperanza de gozar un bien de dudoso derecho; y otras cosas semejantes, imprimen tal odio en los hermanos, que parecen fieras de distintas especies, y no frutos de un vientre mismo. 1
LORENZO. Ya caigo en lo que puede ser: aquí yace, sin duda, algún hijo que se te moriría en lo más tierno de su edad.
TEDIATO. ¡Hijos! ¡Sucesión! Este, que antes era tesoro con que naturaleza regalaba a sus favorecidos, es hoy un azote con que no debiera castigar sino a los malvados. ¿Qué es un hijo? Sus primeros años... un retrato horrendo de la miseria humana. Enfermedad, flaqueza, estupidez, molestia y asco... Los siguientes años... un dechado de los vicios de los brutos, poseídos en más alto grado... Lujuria, gula, inobediencia... Más adelante, un pozo de horrores infernales... ambición, soberbia, envidia, codicia, venganza, traición y malignidad: pasando de ahí... ya no se mira el hombre como hermano de los otros, sino como a un ente supernumerario en el mundo.10 Créeme, Lorenzo, créeme. Tú sabrás cómo son los muertos, pues son el objeto de tu trato...; yo sé lo que son los vivos... Entre ellos me hallo con demasiada frecuencia... Estos son... no... no hay otros: todos a cual peor... yo sería peor que todos ellos si me hubiera dejado arrastrar de sus ejemplos. 1
LORENZO.
¡Qué cuadro el que pintas!
TEDIATO. La naturaleza es el original. No lo adulo; 11 pero tampoco la agravio. No te canses, Lorenzo; nada significan esas voces que oyes de padre, y madre, hermano, hijo y otras tales; y si significan el carácter que vemos en los que así se llaman,12 no quiero ser, ni tener hijo, her
9. Parece evid 10. Véase la c 11. No lo adul original, pero tampo 12. Nueva coincid
del Emile, de J.-J. Rousseau.
de Granada, nota 7, pp. 197 y 198. agravio; equivaldría a «no adulo el
Isseau.
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