¿Quién quiere morir? ¿Quién no quiere sanar?
Cruel se muestra Tirso en este fragmento de un soneto en su obra La ninfa del cielo.
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¡Oh. palacio cruel, casa encantada,
laberinto de engaños y de antojos,
adonde todo es lengua, todo es ojos;
cualquier cosa es mucho, y todo es nada!
Galera donde rema gente honrada
y anda la envidia en vela haciendo enojos;
hospital de incurables, que a hombres cojos
dan siempre una esperanza por posada.
Calma del tiempo, sueño de los días;
pues son viento las pagas de tus gajes;
vano manjar de camaleones buches.
Sean tus escuderos chirimías;
órganos tus lacayos y tus pajes;
tus dueñas y doncellas sacabuches.
(de La ninfa del cielo, II, 4)
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