He sentido sincero alivio cuando, tras múltiples textos allegados en este blog, por fin encuentro uno en que los niños no son maltratados ni vilipendiados. Se relaciona con la enseñanza de la dialéctica y aquí se sostiene que por ser ésta una disciplina difícil, que permitiría al hombre abandonar lo concreto y subir hasta la idea, pasar de una simple, rastrera opinión a una sublime inteligencia del bien, debe ser enseñada desde corta edad. Platón lo dice y este libro de la República, el VI, es aquel del mito de la caverna. Lo recomiendo. Se trata de un mito, como los clasifica Gustavo Bueno, luminoso. ¡Buen provecho¡
República. XVI.
"De modo que lo concerniente a los
números y a la geometría y a toda la instrucción preliminar que debe preceder a
la dialéctica hay que ponérselo por delante cuando sean niños, pero no dando a
la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza. -¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina -dije yo que deba aprender el
hombre libre por medio de la esclavitud. En efecto, si los trabajos corporales
no deterioran más el cuerpo por el hecho de haber sido realizados
obligadamente, el alma no conserva ningún conocimiento que haya penetrado en
ella por la fuerza. -Cierto -dijo. -No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo
-dije-, para instruir a los niños; que se eduquen jugando y así podrás también
conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos. -Es natural lo que dices
-respondió. -Pues bien ¿te acuerdas -pregunté- de que dijimos que los niños
habían de ser también llevados a la guerra en calidad de espectadores montados
a caballo y que era menester acercarlos
a ella, siempre que no hubiese peligro, y el hacer que, como los cachorros,
probasen la sangre? -Me acuerdo -dijo. -Pues bien -dije-, al que demuestre
siempre una mayor agilidad en todos estos trabajos, estudios y peligros, a ése
hay que incluirlo en un grupo selecto. -¿A qué edad? -dijo. -Cuando haya
terminado -dije- ese período de gimnasia obligatoria que, ya sean dos o tres
los años que dure, les impide dedicarse a ninguna otra cosa; pues el cansancio
y el sueño son enemigos del estudio. Además una de las pruebas, y no la menos
importante, será esta de cómo demuestre ser cada cual en los ejercicios
gimnásticos. -¿Cómo no? -dijo. "