Hay que ver la extraordinaria similitud de situaciones y comportamientos que se dan en las epidemias. Aquí dos episodios, entre muchos otros, que podréis encontrar en Los Novios, de Manzoni.
Capítulo XXXIII. Higiene de manos.
"Renzo prosiguió su marcha sin prisas, bastándole con llegar cerca de
Milán ese día, para entrar al siguiente, temprano, y empezar en seguida su
búsqueda. El viaje fue sin incidentes, y sin nada que pudiera distraer a
Renzo de sus pensamientos, salvo las acostumbradas miserias y
melancolías. Como había hecho el día anterior, se detuvo en su momento,
en un sotillo para tomar un bocado, y descansar. Al pasar por Monza, ante
una tienda abierta, donde había panes expuestos, pidió dos, para no
quedarse desprovisto en cualquier caso. El panadero le ordenó que no
entrase, y le tendió en una pequeña pala una escudilla con agua y vinagre,
diciéndole que echase allí el dinero; y hecho esto, con unas pinzas, le
entregó, uno tras otro, los dos panes, que Renzo se guardó uno en cada
bolsillo."
Capítulo XXXIIV. Los certificados, ¡ay los certificados¡
"En cuanto a la manera de penetrar en la ciudad, Renzo había oído
vagamente, que había órdenes severísimas de no dejar entrar a nadie, sin
cédula de sanidad; pero que, en cambio, se entraba perfectamente, con
sólo saber ingeniárselas un poco y aprovechar el momento oportuno. Así
era, en efecto; y, dejando incluso a un lado las causas generales, por las
que en aquel tiempo cualquier orden era poco respetada; dejando a un
lado las especiales que hacían dificultosa la rigurosa ejecución de ésta;
Milán se encontraba ya en un estado tal, que no se veía para qué podía
servir guardarla, ni de qué; y quienquiera que llegara allí, podía parecer
más bien despreocupado de su propia salud, que peligroso para los
ciudadanos. "
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