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jueves, 14 de septiembre de 2023

LA MANO MUERTA (ALUCINACIÓN)


En su obra Diario de un enfermo, encontramos un Azorín abandonado y nihilista. Conoce brevemente el amor que de inmediato le arrebata la tuberculosis. 
En la entrada del 20 de noviembre a las 7 de la tarde, reflexiona, alucinado, sobre una mano momificada que tiene en su mesa. Vemos un Azorín "gore" que excusa su visión por la fiebre.




"En la mesa en que escribo, sobre caja negra de laca, tengo una de sus manos: fina, pequeña, piadosamente recogida, doblados ligeramente los secos dedos, puesto bajo el índice el pulgar. El reflejo verde de la lámpara, la ilumina. Un momento, la imaginación, febril, finge que se colorea y acarnosa el seco pergamino, que se distienden los dedos, que se anima la mano toda y da golpes cariñosos sobre la negra tapa - golpes con que la juventud muerta saluda y llama a la juventud viva..."

sábado, 23 de abril de 2022

NIÑOS ROBADOS 1941



En años recientes en España se habló mucho sobre "niños robados" en las maternidades de antaño. Se investigó. No todos los casos fueron idénticos. Tema delicado pero que por otra parte me lo he topado en la literatura española de los años 40, nada menos que en la pluma de José Martínez Ruíz, de Monóvar. Aquí el arranque del cuento y la portada del libro. Esperemos que nunca más ocurra nada semejante.


LA MANO EN LA MANO

El 24 de febrero de 1881, en París, la sirvienta L. salía del hospital de dar a luz. Llevaba a su niño en brazos. La comadrona, Anne Jeannessé-Vermorel, le hizo proposiciones para que le cediera el niño. Se realizó la cesión. Al día siguiente la sirvienta estaba arrepentida. El comisario de Policía averiguó que el niño había sido cedido a una parturienta. La parturienta había dado a luz un niño muerto. Para evitarse la emoción de su desgracia, había ideado la familia sustituir el niño muerto con otro vivo. El hecho lo transcribimos del libro titulado “Faits divers de l'année 1881), publicado en París por el editor Jules Rouff en 1882. Un hecho análogo se ha producido en España en tiempos más recientes. Paz Urquiola se casó en 1912, siendo muy joven, en Madrid. Pertenecía a una opulenta familia de Alava. El marido era un perdulario. En 1913, Paz dió a luz un niño muerto. La familia de Paz, para evitar la terrible emoción de la desgracia, sustituyó el niño muerto con otro vivo. Se deshizo el cambio. La familia tuvo que dar con muchas precauciones la noticia a Paz. El niño, a quien esperaba un seguro y brillante porvenir, fue devuelto a su verdadera madre...