sábado, 24 de agosto de 2024

PERMISO DE LACTANCIA


En la novela de Emilia Pardo Bazán, La tribuna (1883), que relata la vida de las cigarreras en la fábrica de tabacos de La Coruña y durante los años de La Gloriosa de 1868, vemos la vida de estas trabajadoras afanosas. Y no nos sorprenden la dureza de sus horas de trabajo, sin permisos de lactancia ni otras ventajas del siglo XXI. 
Se trata de la primera novela de tema obrero de la literatura española y es considerada primer ejemplo del naturalismo a lo Zola.
En el capítulo XI podemos leer:


Preponderaban en el taller de pitillos las muchachas de Marineda: apenas se veían aldeanas; así es que abundaban los lindos palmitos, los rostros juveniles. Abajo, la mayor parte de las operarias eran madres de familia, que acuden a ganar el pan de sus hijos, agobiadas de trabajo, rebujadas en un mantón, indiferentes a la compostura, pensando en las criaturitas, que quedaron confiadas al cuidado de una vecina; en el recién, que llorará por mamar, mientras a la madre la revientan los pechos de leche... Arriba florecen todavía las ilusiones de los primeros años y las inocentes coqueterías que cuestan poco dinero y revelan la sangre moza y la natural pretensión de hermosearse. La que tiene buen pelo lo peina con esmero y gracia, que para eso se lo dio Dios; la que presume de talle airoso se pone chaqueta ajustada; la que sabe que es blanca se adorna con una toquilla celeste.



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