LITERATURA CLÁSICA, PEDIATRÍA Y MEDICINA.
sábado, 6 de diciembre de 2025
jueves, 27 de noviembre de 2025
EL LOCO DE LA COLINA
Lo cuenta Borrow en su obra La Biblia en España de 1842, interesante libro de viajes por Portugal y España. Encuentro casual que muestra el abandono cruel de los orates en el XIX. Cerca de Elvás.
La torre cuya parte inferior estaba toda maciza...aquel era, evidentemente, el alojamiento de los encargados de vigilar la frontera y de dar la alarma encendiendo hogueras acaso al aparecer los enemigos. Un puñado de hombres resueltos podía defenderse en tan pequeña fortaleza contra asaltantes numerosos, expuestos en la subida a los tiros de la torre. Ya iba a marcharme cuando, detrás de una parte del muro no recorrida por mí, sonó un grito extraño; acudí presuroso y me encontré con una miserable criatura, harapienta, sentada en una piedra. Era un loco, como de treinta años de edad, creo que sordomudo. Clavado en su asiento, desvariaba y gesticulaba, retorciendo su ruda fisonomía en espantables contorsiones. Solo aquello faltaba para completar la escena. Unos bandidos hubieran estado fuera de lugar en tan melancólica desolación. Pero el loco, sentado en la piedra detrás de las ruinas batidas por el viento, contemplando los marchitos chaparrales, sobre los que gravitaba un cielo hosco y pesado, componía un cuadro de tristeza y miseria como no lo habrá concebido poeta o pintor alguno en sus delirios más sombríos. No es éste el primer caso en que me ha tocado comprobar que la realidad sobrepuja a veces a la fantasía.
Etiquetas:
1842,
George Borrow,
La Biblia en España,
loco,
orate,
XIX
miércoles, 26 de noviembre de 2025
CAÍDAS Y ANCIANAS
ELICIA.- ¿Cómo vienes tan tarde? No lo debes hacer, que eres vieja. Tropezarás donde caigas y mueras.
CELESTINA.- No temo eso, que de día me aviso por donde venga de noche, que jamás me subo por poyo ni calzada, sino por medio de la calle. Porque, como dicen, «no da paso seguro quien corre por el muro», y que «aquel va más sano que anda por llano». Más quiero ensuciar mis zapatos con el lodo que ensangrentar las tocas y los cantos. Pero no te duele a ti en ese lugar.
lunes, 13 de octubre de 2025
domingo, 17 de agosto de 2025
sábado, 28 de junio de 2025
!NO ESTUDIES PARA MÉDICO!
Luego entró al Instituto, y por las noches era su madre quien le tomaba las lecciones. Y estudió para tomárselas. Estudió todos squellos nombres raros de la historia universal, y solía decirle sonriendo: «Pero ¿cuántas barbaridades han podido hacer los hombres, Dios mío! Estudió matemáticas, y en esto fue en lo que más sobresalió aquella dulce mujer. «Si mi madre llega a dedicarse a las matemáticas...>>-se decía Augusto. Y recordaba el interés con que seguía el desarrollo de una ecuación de segundo grado. Estudio psicología, y esto era lo que más se le resistía.
Pero, ¿qué ganas de complicar las cosas solía decir a esto. Estudió física y química e historia natural. De la historia natural lo que no le gustaba era aquellos motajos raros que se les da en ella a los animales y a las plantas. La fisiología le causaba horror, y renunció a tomar sus lecciones a su hijo. Sólo con ver aquellas liminas que representaban el corazón o los pulmones al desnudo, presentabasele la sanguinosa muerte de su marido. «Todo esto muy feo, hijo mío le decía; no estudies para médico. Lo mejor es no saber cómo se tienen las cosas de dentro.»
Cuando Augusto se hizo bachiller le tomó en brazos, le miró al bozo, y rompiendo en lágrimas exclamó: «¡Si viviese tu pa-dre!... Después le hizo sentarse sobre sus rodillas, de lo quede los ojos escudriñadores. «Tengo que vivir para ti, para ti solo le decía por la noches, antes de acostarse-, Augusto. Y éste
llevaba a sus sueños nocturnos un beso húmedo aún en lágrimas. Como un sueño dulce se les iba la vida.
Por las noches le leía su madre algo, unas veces la vida del Santo, otras una novela de Julio Verne o algún cuento candoroso y sencillo. Y algunas veces hasta se reía, con una risa silenciosa y dulce que trascendía a lágrimas lejanas.
Luego entró al Instituto, y por las noches era su madre quien le tomaba las lecciones. Y estudió para tomárselas. Estudió todos squellos nombres raros de la historia universal, y solía decirle sonriendo: «Pero ¿cuántas barbaridades han podido hacer los hombres, Dios mío! Estudió matemáticas, y en esto fue en lo que más sobresalió aquella dulce mujer. «Si mi madre llega a dedicarse a las matemáticas...>>-se decía Augusto. Y recordaba el interés con que seguía el desarrollo de una ecuación de segundo grado. Estudio psicología, y esto era lo que más se le resistía.
Pero, ¿qué ganas de complicar las cosas solía decir a esto. Estudió física y química e historia natural. De la historia natural lo que no le gustaba era aquellos motajos raros que se les da en ella a los animales y a las plantas. La fisiología le causaba horror, y renunció a tomar sus lecciones a su hijo. Sólo con ver aquellas liminas que representaban el corazón o los pulmones al desnudo, presentabasele la sanguinosa muerte de su marido. «Todo esto muy feo, hijo mío le decía; no estudies para médico. Lo mejor es no saber cómo se tienen las cosas de dentro.»
Cuando Augusto se hizo bachiller le tomó en brazos, le miró al bozo, y rompiendo en lágrimas exclamó: «¡Si viviese tu pa-dre!... Después le hizo sentarse sobre sus rodillas, de lo que
Niebla, v,77
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)