sábado, 29 de enero de 2022

NIÑOS VENDIDOS

No siempre traemos aquí, a este florilegio, textos de contenido agradable y feliz. Recientemente la sociedad española se ha visto indignada por la detención de un progenitor inhumano (*) que vendió su hija por una cantidad de droga. Lo cierto y verdad es que el rastro del maltrato a la infancia, afortunadamente hoy cada vez menor, se hunde en los años y los siglos previos.

Como dolorosa muestra este relato que encontramos en la Vida de los sofistas de Filóstrato.



Así, lo que se debe saber de él es lo siguiente. Pólux se había ejercitado bien en la labor de crítico, pues había sido discípulo de su padre, versado en cuestiones de crítica; en cambio, constituía sus discursos sofísticos con auxilio de la osadía, más que de las reglas del arte, confiado en su disposición natural, pues poseía excelentes dotes innatas. Discípulo de Adriano, dista, por igual, de sus más altas cualidades y de sus imperfecciones; no es demasiado sencillo ni se eleva con exceso, sólo hay que algunas gotas de almíbar mezcladas con sus palabras. He aquí una muestra de su estilo oratorio: «Proteo de Faro, el prodigio de Homero, forma múltiple y varia, se alza en ola, se enciende en fuego, muda en furioso león, se lanza en un jabalí, repta en figura de sierpe, salta en trazas de pantera y, cuando se hace árbol, peina melena de hojas» Pongamos como ejemplo de su arte de declamador: Los isleños que venden a sus hijos para pagar los tributos, puesto que se presume que éste es el tema que mejor expuso, cuyo final dice así: «Un hijo, en el continente, desde Babilonia escribe a su padre que está en la isla: “Soy esclavo de un rey a quien me entregó un sátrapa como regalo; no monto caballo medo ni sostengo el arco persa, tampoco salgo a la guerra ni voy de caza, como un hombre, sino que me siento en las habitaciones de las mujeres y cuido de las concubinas del rey, y el rey no lo toma a mal porque soy un eunuco. Soy estimado por ellas, porque les describo el mar de Grecia y les relato historias de las hermosas costumbres de los griegos, cómo celebran los Eleos sus fiestas solemnes, cómo da sus oráculos Delfos, cuál es en Atenas el altar de la Piedad. Tú, padre, escribe también y dime cuándo son las Hiacintias en Lacedemonia, los Juegos Ístmicos en Corinto y los Píticos en Delfos y si los atenienses vencen en sus batallas navales. Adiós, y salúdame a mi hermano, si aún no ha sido vendido". 



viernes, 28 de enero de 2022

EL PEDAGOGO



La escuela, a la que solo podían acudir los afortunados hijos de las buenas familias, era un lujo. Solo aquellos con tiempo para el ocio acudían a la escuela acompañados y protegidos de sus pedagogos. Siglos después los pedagogos modernos, salidos de las facultades de pedagogía, parece que, en opinión de los docentes de primera línea, están malbaratando lo logrado.
Veamos, de nuevo a Filóstrato y sus ilustrativas historias.



"Unas normas regían la escuela de este sofista. Al que pagaba cien dracmas de una vez le estaba permitido asistir al ciclo completo de enseñanzas. Tenía una biblioteca en su casa de la que podían servirse los alumnos para complementar su instrucción. A fin de que no intercambiásemos rechiflas e insultos, cosa que suele ocurrir en las escuelas de los sofistas, nos llamaban a todos a la vez y nos sentábamos, tras acudir a la llamada, los niños primero, los pedagogos en medio y los jóvenes por separado. Era cosa rarísima que él pronunciara un discurso, pero, cuando se animaba a ello, se asemejaba a un Hipias o un Gorgias. Sus declamaciones eran presentadas al auditorio tras un repaso previo del día anterior. Su memoria, viejo ya de noventa años, era superior a la de Simónides. Se expresaba en sus discursos con sencillez, pero la acumulación de pensamientos recordaba a Adriano." 





¿FORTUNA O DESCUIDO?



No se insistirá bastante en la naturaleza prevenible, a poca atención que se empeñe en ello, de una gran cantidad de "accidentes" que por desidia atribuimos fatalmente a la diosa Fortuna. 
Véase esta expresiva fábula, incluida en las Fábulas Morales de Samaniego.


EL MUCHACHO Y LA FORTUNA


A la orilla de un pozo, 
sobre la fresca yerba, 
un incauto mancebo 
dormía a pierna suelta. 
Gritole la Fortuna: 
«Insensato, despierta:
¿No ves que ahogarte puedes, 
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan, 
los unos de inconstante, 
y los otros de adversa. 
Reveses de Fortuna 
llamáis a las miserias; 
¿Por qué, si son reveses a
de la conducta necia?»









jueves, 27 de enero de 2022

DE PADRES E HIJOS

A veces las generaciones, lejos de mejorar, se vienen abajo y las esperanzas, benditas esperanzas decaen. Cada uno debe ser él mismo. Pero en general, tener una familia, padre o madre bien posicionado en la sociedad te ayuda. ¡Vaya si te ayuda¡ Lo podemos ver en este breve pasaje de la Vida de los sofistas de Filóstrato, colección de vidas y obras de estos pseudofilósofos que al parecer supieron entender bien cómo funciona una sociedad política de ayer y de siempre.
La anécdota habla de Rufo de Perinto.




Llegó a ser el más rico de cuantos habitaban las tierras del Helesponto y la Propóntide y tuvo enorme fama en Atenas por su habilidad en la improvisación, lo mismo que en Jonia e Italia, y nunca se indispuso con una ciudad o una persona, sino que percibía las rentas de su carácter afable. Se cuenta que fortalecía su cuerpo con ejercicios, llevaba siempre un severo régimen alimenticio y se sometía a un entrenamiento parecido al de los atletas profesionales. Fue discípulo de Herodes Ático, en su adolescencia, y de Aristocles, en su juventud, y, aunque recibía de éste grandes elogios, él se enorgullecía, más bien, de Herodes, llamándolo su señor, lengua de Grecia, rey de la elocuencia y cosas semejantes. Murió en su patria a los sesenta y un años, dejando hijos de los que no puedo decir nada notable, salvo que son hijos suyos.


AMOR DE PADRE




No solo esta reservado a Romeo y Julieta morir y ser enterrados juntos. Ni a los amantes de Teruel tampoco. El amor de un padre como el del sofista Evodiano de Esmirna nos sirva de paradigma.



Cuando se le murio su hijo en Roma, no profirio indignos lamentos mujeriles, sino que, tras gritar tres veces: «Hijol», lo enterró. Se moría él también, en Roma, y sus amigos, todos, se encontraban presentes discutiendo qué hacer con su cadáver, si enterrarlo allí mismo o transportarlo a Esmirna, embalsamado. Y Evodiano, levantando la voz, dijo: «No quiero dejar a mi hijo solo.» Así, les encomendó con claridad que lo sepultaran al lado de su hijo. 







lunes, 20 de diciembre de 2021

APRENDIENDO A DIBUJAR



Los niños y las niñas van adquiriendo habilidades (*) según crecen. El dibujo es una de ellas que pasa por una bella fase de garabatos y picassianos diseños. Esta aparente fealdad, ausencia del canon de belleza, sus asimetrías en el diseño puede ser utilizada para simpáticas analogías. Véase, si no, este episodio del Decamerón en el que un astuto mancebo gana la apuesta de una cena demostrando que la familia Baronci es más antigua que otras y por ello más noble.



Sexta Jornada. Narración Sexta (*)


Cuando los jóvenes, que esperaban que dijera otra cosa, oyeron esto, se burlaron de él todos, y dijeron:

-Quieres atraparnos por tontos, como si no conociésemos a los Baronci como tú.

Dijo Scalza:

-No, por el Evangelio, sino que digo la verdad, y si aquí hay alguno que quiera apostar una cena a pagarla quien gane, yo apostaré de grado; aún haré más, que me someteré a la sentencia de quien queráis.

Entre quienes dijo uno, que se llamaba Neri Vannini:

-Yo estoy dispuesto a ganar esa cena.

Y poniéndose de acuerdo en tener por juez a Piero de los Fioretino, en cuya casa estaban, y yéndose a buscarle, y todos los otros detrás para ver perder a Scalza y burlarse de él, le contaron todo lo dicho. Piero, que era discreto joven, oída primeramente la explicación de Neri, volviéndose hacia Scalza luego, dijo:

-¿Y cómo podrás demostrar esto que afirmas?

Dijo Scalza:

-¿Que cómo? Lo mostraré con tal argumento que no sólo tú sino también éste que lo niega dirá que digo verdad. Sabéis que, cuanto más antiguos son los hombres más nobles son, y así decían éstos hace poco; y los Baronci son más antiguos que cualquiera otro hombre, por lo que son más nobles; y si os demuestro cómo son más antiguos sin duda habré ganado la disputa. Debéis saber que los Baronci fueron creados por Dios en el tiempo en que él había comenzado a aprender a pintar, pero los otros hombres fueron hechos después de que Nuestro Señor supo pintar. Y si digo la verdad en esto, pensad en los Baronci y en los demás hombres. Mientras a todos los demás veréis con los rostros bien compuestos y debidamente proporcionados, podréis ver a los Baronci con la cara muy larga y estrecha, y alguno que la tiene ancha más allá de toda conveniencia, y tal con la nariz muy larga y tal con ella corta, y algunos con el mentón hacia afuera o metido hacia adentro, y con quijadas que parecen de asno, y los hay que tienen un ojo mayor que el otro, y aun quien tiene uno más alto que el otro, como suelen ser las caras que pintan primero los niños que aprenden a dibujar; por lo cual, como ya he dicho, bastante bien se ve que Nuestro Señor los hizo cuando aprendía a pintar, por lo que éstos son más antiguos que los otros, y por ello más nobles.

De lo cual acordándose Piero que era el juez y Neri que había apostado la cena, y acordándose todos los demás también, y habiendo oído el divertido argumento de Scalza, empezaron a reírse y a afirmar que Scalza tenía razón y que había ganado la cena y que con seguridad los Baronci eran los más nobles y más antiguos que había, no ya en Florencia sino en el mundo y en ultramar. Y por ello con toda razón Pánfilo, queriendo mostrar la fealdad del rostro de micer Forese, dijo que habría sido horrible en uno de los Baronci.



jueves, 16 de diciembre de 2021

CAMINO DE DAMASCO




Es perfectamente posible caer de un caballo y lesionarse, o iluminarse, como Paulo de Tarso. No obstante, lo más frecuente es sufrir graves daños seas niño o adulto. (*)
Para ilustrar estas caídas hípicas os traigo un bello romance español de Ambrosio de Montesinos. (*)


 

Hablando estaba la reina

en cosas bien de notar

con la infanta de Castilla,

princesa de Portugal.

A grandes voces oyeron

un caballero llorar,

la ropa hecha pedazos,

sin dejarse de mesar,

diciendo: - Nuevas os traigo

para mil vidas matar;

no son de reinos extraños,

de aquí son, d'este lugar.

Desgreñad vuestros cabellos,

collares ricos dejad,

derribad vuestras coronas

 y de jerga os enlutad,

por pedrería y brocado

vestid disforme sayal;

despedios de vida alegre;

con la muerte os remediad.

Entrambas a dos dijeron

con dolor muy cordial,

con semblante de mortales,

bien con voz para espirar:

- Acabadnos, caballero,

de hablar у de matar;

decid: ¿Qué nuevas son éstas

de tan triste lamentar?

¿Los grandes reyes d'España

son varios o vales mal?

Que tienen cerco en Granada

con triunfo imperial.

¿A qué causa dais los gritos

que al cielo quieren llegar?

Hablad ya, que nos morimos

sin podernos remediar.

Sabed -- dijo el caballero,

muy ronco de voces dar –

 que Fortuna os es contraria

con maldita crueldad,

y el peligro de su rueda

por vos hobo de pasar.

Yo lloro porque se muere

vuestro príncipe real,

aquel solo que paristes,

reina de dolor sin par,

y el que mereció con vos,

real princesa, casar:

de los príncipes del mundo,

al mayor el más igual;

esforzado, lindo, cuerdo,

у el que más os pudo amar,

que cayó de un mal caballo

corriendo en un arenal,

do yace casi defuncto

sin remedio de sanar.

Si lo queréis ver morir,

andad, señoras, andad,

que ya ni vee ni oye,

ni menos puede hablar.

Sospira por vos, princesa,

por señas de lastimar,

con la candela en la mano

no os ha podido olvidar.

Con él está el rey su padre,

que quiere desesperar:

Dios os consuele, señoras,

si es posible conhortar;

que el remedio destos males

es a la muerte llamar.