martes, 30 de noviembre de 2021

LA VEJEZ



Sebastian Brand, escribió un best seller del siglo XV, la Stultifera navis. La obra consta de breves episodios en los que sabremos todas las estupideces que podemos cometer en nuestras vidas. Uno de ellos, el titulado Del inútil desear nos enseña lo estúpido de pretender vivir muchos años.





Del inútil desear


Un necio es quien desea lo que tan pronto le daña como le aprovecha, pues, si lo tuviera y se cumpliera, seguiría siendo tan necio como antes. El rey Midas quería y deseaba que todo lo que tocara se convirtiera en oro; cuando esto se hizo realidad, sufrió dificultades, pues en oro se le trocaron el vino y el pan; razón tuvo al cubrir su cabello para que no se le viesen sus orejas de burro, que después le crecieron en el cañizal.

¡Ay de aquel a quien se le cumplen todos sus deseos! Muchos desean tener una larga vida, pero ponen el alma en tanta tribulación al comer, beber y darse la gran vida en la taberna, que tienen que partir antes de tiempo. Además, si llegan a viejos, están macilentos, enfermos, deformes; sus mejillas y su piel y están tan vacíos como si una mona fuera su madre. Muy placentera es la juventud; la vejez está siempre en la misma situación: le tiemblan los miembros, la voz y el cerebro; una nariz moqueante y una frente pelona; a su mujer resulta el viejo casi odioso, a él mismo y a sus hijos una carga pesada; no le gusta ni agrada nada de lo que se hace, y ve mucho que no le parece bien.

Quienes tienen larga vida, tienen también gran pesar de estar siempre en una nueva desgracia; en duelos y en constante sufrimiento acaban sus días en un traje negro. Néstor, Peleo y Laertes se quejaban en la vejez de que Dios les hubiese permitido vivir tanto tiempo, pues habían visto muertos a sus hijos. Si Príamo hubiera fallecido antes y no hubiese vivido tantos años, no habría visto una desgracia tan desgarradora sobre sus hijos, esposa, hijas, estado e imperio....






UN LUNAR....UNA ANAGNÓRISIS



El concepto de anagnórisis está presente en múltiples pasajes de la literatura clásica, entre otros Odiseo y Orestes. También aparece en nuestros romances. Aquí os traigo la importancia de un lunar. Ahora, los tatuajes que menudean en las personas jóvenes facilitará, sin duda, escenas de reconocimiento.
El texto corresponde al romance anónimo El palmero de Mérida y la imagen que ilustra esta nota a la llegada de Odiseo reconocido por una cicatriz por su vieja aya.


De Mérida sale el palmero,
de Mérida, esa ciudade;
los pies llevaba descalzos,
las uñas corriendo sangre;
una esclavina trae rota,
que no valía un reale,
y debajo traía otra,
¡bien valía una ciudade!
que ni rey ni emperador
no alcanzaba otra tale.
Camino lleva derecho
de París, esa ciudade;
ni pregunta por mesón,
ni menos por hospitale,
pregunta por los palacios
del rey Carlos do estaen.
Un portero está a la puerta,
empezóle de hablare:
-Dígadesme tú, el portero,
el rey Carlos ¿dónde estáe?
El portero, que lo vido,
mucho maravillado se hae,
cómo un romero tan pobre
por el rey va a preguntare.
-Dígademeslo, señor,
de eso no tengáis pesare.
-En misa está, buen palmero,
allá en San Juan de Letrane:
dice misa un arzobispo,
y la oficia un cardenale.
El palmero que lo oyera,
íbase para San Juane;
en entrando por la puerta,
bien veréis lo que haráe:
humillóse a Dios del cielo
y a Santa María, su madre,
humillóse al arzobispo,
humillóse al cardenale,
porque decía la misa,
no porque merecía mase,
humillóse al Emperador
y a su corona reale,
humillóse a los doce
que a una mesa comen pane.
No se humilla a Oliveros,
ni menos a don Roldane,
porque un sobrino que tienen
en poder de moros estáe,
y pudiéndolo hacer,
no lo van a rescatare.
De que aquesto vio Oliveros,
de que aquesto vio Roldane,
sacan ambos las espadas,
para el palmero se vane.
con su bordón el palmero
su cuerpo va a mamparare.
Allí hablara el buen rey,
bien oiréis lo que diráe:
-Tate, tate, Oliveros,
tate, tate, don Roldane,
o este palmero es loco,
o viene de sangre reale.
Tomárale por la mano,
y empiézale de hablare:
-Dígasme tú, el palmero,
no me niegues la verdade,
¿en qué año y en qué mes
pasaste aguas de la mare?
-En el mes de mayo, señor,
yo las fuera a pasare; 7
porque yo me estaba un día
a orillas de la mare,
en el huerto de mi padre
por haberme de holgare,
cautiváronme los moros,
pasáronme allende el mare,
a la Infanta de Sansueña
me fueron a presentare;
la infanta, cuando me vido,
de mí se fue a enamorare.
La vida que yo tenía,
rey, quieroósla yo contare:
en la su mesa comía,
y en su cama me iba a echare.
Allí hablara el buen rey,
bien oiréis lo que diráe:
-Tal cautividad como esa
quien quiera la tomaráe.
Dígasme tú, el palmerico,
si la iría yo a ganare.
-No vades allá, el buen rey,
buen rey, no vades alláe,
porque Mérida es muy fuerte,
bien se vos defenderáe.
Trescientos castillos tiene,
que es cosa de los mirare,
que el menor de todos ellos
bien se os defenderáe.
Allí hablara Oliveros,
allí habló don Roldane:
-Miente, señor, el palmero,
miente y no dice verdade,
que en Mérida no hay cien castillos,
ni noventa a mi pensare,
y estos que Mérida tiene
no tien quien los defensare,
que ni tenían señor,
ni menos quien los guardare.
Desque esto oyó el palmero,
movido con gran pesare,
alzó su mano derecha,
dio un bofetón a Roldane.
Allí hablara el rey,
con furia y con gran pesare:
-Tomadle, la mi justicia,
y llevédeslo a ahorcare.
Tomádolo ha la justicia
para haberlo de justiciare;
y aun allá al pie de la horca
el palmero fuera hablare:
-¡Oh mal hubieses, rey Carlos!
Dios te quiera hacer male,
que un hijo solo que tienes
tú le mandas ahorcare.
Oídolo había la reina,
que se le paró a mirare;
-Dejeslo, la justicia,
no le queráis hacer male,
que si él era mi hijo
encubrir no se podráe,
que en un lado ha de tener
un extremado lunare.
Ya le llevan a la reina,
ya se lo van a llevare;
desnúdanle una esclavina
que no valía un reale,
ya le desnudaban otra
que valía una ciudade;
halládole han al infante,
hallado le han la señale.
Alegrías se hicieron
no hay quien las pueda contare.


Wikipedia

lunes, 15 de noviembre de 2021

EDUCACIÓN, VALORES ÉTICOS Y URBANIDAD. UNA NECESIDAD SEMPITERNA



Quien haya pasado o se encuentre en la actualidad con la grave responsabilidad de educar a un niño buscará inculcarle, gracias al ejemplo y la repetición, los mejores valores morales y éticos y las mejores normas de urbanidad. 
No es objetivo nuevo sino eterno. 
Cada nuevo miembro que ingresa en una sociedad debe ser "ahormado" con los mejores adornos. 
Todas las civilizaciones y todas las épocas han sentido esta necesidad, especialmente las que antaño se reputaban como clases nobles, que entre otras, debían mostrar actitudes ejemplares. Hoy en día cabe reclamarlas de todos los ciudadanos de una polis.
Veamos el delicioso catecismo, cartilla o "lición" que una madre toma y manda tomar y repetir a su hijo, futuro conde. Lo encontrareis en la obra de 1618 El Conde Alarcos, del prestigioso dramaturgo valenciano Guillén de Castro.



MARGARITA (madre de Carlos). Y dime: un buen caballero ¿qué cosas ha de tener para parecerlo?

CARLOS. Ser buen cristiano lo primero.

MARG. ¿Y de trato?

CARLOS. Noble y claro.

 MARG. ¿Qué más?

CARLOS. No hacer cosa fea.

 MARG. ¿Y en lo que gastar?

 CARLOS. Que sea entre pródigo y avaro.

 MARG. ¿Con las mujeres?

CARLOS. Afable.

 MARG. ¿Y ha de querer?

CARLOS. A ninguna.

 MARG. ¿Paciente?

CARLOS. Con la fortuna.

 MARG. ¿Y en lo que promete?

CARLOS. Estable.

 MARG. ¿Qué hará si debe?

CARLOS. Pagar.

 MARG. ¿Qué no ha de ser?

CARLOS. Inquieto.

 MARG. ¿Y qué ha de guardar?

CARLOS. Secreto.

 MARG. Pocos le saben guardar. ¿Qué no ha de dar?

 CARLOS. Ocasión.

 MARG. ¿Si se la dan?

CARLOS. Arrojarse.

 MARG. ¿Si le ofenden?

CARLOS. Mejorarse.

 MARG. ¿Y qué ha de tener?

CARLOS. Razón.

 MARG. ¿Ser amigo?

CARLOS. De su amigo.

 MARG. ¿Qué hará?

CARLOS. Serville y honralle.

 MARG. ¿Y al enemigo?

CARLOS. Estimalle.

 MARG. ¿Y qué más?

CARLOS. No serle enemigo.

 MARG. Y, sobre todo ¿qué importa?

 CARLOS. Que diga siempre verdad.

 MARG. Esa lición repasad cada día, pues es corta.