sábado, 29 de agosto de 2015

BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA PARA LOS ANCIANOS



La semana pasada expusimos las ventajas, indubitables, de la lactancia materna para los bebés y lactantes. Con ser esto cierto, menos de nosotros sabremos, que por ser un alimento muy completo, también ha demostrado a lo largo de la historia sus ventajas para las personas ancianas. No cabe olvidar que 1 litro de leche madura de madre contiene 700 kilocalorías y un 88% de agua en su composición, suficiente para mantener a una persona adulta con vida, sobretodo si pensamos que las dietas extremadamente bajas para tratar la obesidad mórbida contienen entre 450 y 800 kilocarías/día. [1]

Para sustentar esta tesis os traigo una serie de relatos que tratan en extenso el tema, tan querido a los clásicos, del amor entre generaciones y del debido deber de atención y sustento de los hijos hacia los padres cuando éstos alcanzan una vejez debilitante. Comenzaremos con el relato de las cuitas de Pero y su madre / padre Cimón, en la voz del escritor romamo Valerio Máximo (Siglo I a.C). Su obra fue muy usada en los siglos posteriores para elaborar discursos morales. Al tema que nos ocupa se le conoce aún en la actualidad con el lema de “Cáritas Romana.”




“El Pretor entregó a un Triunviro una mujer de noble sangre que avía condenado a muerte en su tribunal, para que le matase en la cárcel. A donde recibida, el carcelero movido de misericordia no la mato luego (inmediatamente). También permitió que una hija suya entrase donde ella estaba, pero mirándola con gran cuidado, porque no llevase alguna comida, pensando que avía de suceder muriese de hambre. Pero como ya pasasen muchos días, considerando el carcelero qué fuese la causa porque se sustentaba tanto tiempo, mirándola con más curiosidad vio que sustentaba (a) la madre socorriéndola con su leche dándole el pecho. Aviendo el carcelero dicho al Triunviro esta novedad tan admirable de lo que avía visto, el Triunviro al Pretor, el Pretor a la congregación de los jueces alcanzó que no executasen la sentencia contra la mujer.”



“Pensaría alguno que se hizo esto contra la naturaleza de las cosas, si la primera lei de la naturaleza no fuera amar a los padres.”

“Juzguemos que Pero hizo lo mismo quanto toca a la piedad, la qual sustentó a su padre Cimón afligido con la misma fortuna, y estando preso siendo ya muy viejo, dándole pecho como si fuera algún niño.”



“Los nueve libros de los Exemplos y virtudes morales de Valerio Máximo traduzidos y comentados en lengua castellana” Diego López. Sevilla, 1631. Libro V, Capítulo IV. “De la piedad para con los padres.”



La misma leyenda de Cimón y Pero, la trata, en verso y de forma más amena nuestro clásico del siglo XVI Francisco de Guzmán.
 

“A muerte fue por mala condenada
la madre de la hija más piadosa,
que Tulia más arriba ya nombrada
la hija de Servilio maliciosa:
La qual muger en cárcel encerrada
por no le dar la muerte vergonçosa
querían que de hambre se muriesse
do nadie su pecado conociesse.

La hija de la qual entrar podía
a verla cada ora que quisiesse,
mirándola contino si metía
viandas a la madre que comiesse:
Mas viendo ya que muerta ser deuia
busco la guardia modo que pudiesse,
secretamente ver de que manera
biuia la cuytada prisionera.

Y solas otras vez las dos estando
miró por cierta parte muy secreta,
y vio la triste madre que mamando
la hija sustentaua con la teta:
Lo qual el carcelero publicando
mandaron por justicia harto recta,
que fuesse por la hija ser tan buena
la mala madre libre de la pena.”



Francisco de Guzmán.  Triunfos morales. 1565
 



La anécdota que nos traslada este relato ha sido ampliamente tratado en las artes plásticas, comenzado por un fresco en mal estado en Pompeya. Más tarde tuvo una amplia difusión en el Renacimiento y en los siglos XVI y XVII. Os dejo varios ejemplos. (Galería de Imágenes)
 

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