martes, 19 de marzo de 2024

LA ENFERMEDAD MENTAL Y SU DOBLE DOLOR

 


¿Quién no conoce la tragedia Áyax de Sófocles? En ella nuestro anticuado pero gran héroe, Áyax Telamonio, enfurecido por lo que él considera un grave agravio a su honor, enloquece y causa una sarracina en un rebaño de bueyes, alimento de las huestes aqueas que asedian Troya. (¿No os recuerda a Don Quijote y sus ovejas que le pasan por encima?)
Pues bien, en los versos 255 - 275 se plantea bellamente la siguiente pregunta implícita: ¿quién sufre más en un caso de enfermedad mental, el afectado o la familia?
Veamos la respuesta que nos llega desde el siglo V a.C.

****



(Tecmesa, mujer de Áyax, tras conocer las muertes causadas por su esposo en su locura)

Tecmesa.— Ahora no (está enloquecido); pues como se calma el impetuoso Noto después de bramar con furia, cuando cesan los brillantes relámpagos, así ahora él, vuelto en su sentido, tiene una nueva pena; pues el ver sus propios males, de quienes él sólo es autor, grandes dolores le produce.

Coro.— Pues si está tranquilo, ciertamente que auguro buena suerte; porque si desaparece ya el mal, no es tanta su importancia.

Tecmesa.— Si te dieran a elegir, ¿qué escogerías? ¿Acaso llorar mientras vieras gozando a los amigos, o condolerte sufriendo con ellos la desgracia común?

Coro.— Las dos cosas, ¡oh mujer!, son un mal grave.

Tecmesa.— Pues yo, sin sufrir el mal, estoy sumida en la aflicción.

Coro.— ¿Cómo dices eso? No entiendo lo que quieres decir.

Tecmesa.— Este hombre, mientras se encontraba loco, gozaba en medio de su desgracia, llenando de aflicción a los que estábamos cabales. Mas ahora, desde que cesó la locura y se vio aliviado de la enfermedad, está todo él transido de agudos dolores, y yo, no menos que antes. ¿No es esto doble desgracia en vez de sencilla?

Coro. – Convengo contigo, y temo que este golpe venga de algún dios. ¿Cómo no, si libre de la enfermedad, no se siente más gozoso que cuando la sufría?

Tecmesa.— Pues tal es lo que sucede y conviene que lo sepas.






1 comentario:

  1. Me encanta esa frase final de la cita: Pues tal es lo que sucede y conviene que lo sepas. Me la quedo.
    Y desde luego, no deja de interesar que Áyax blanquee y haga resplandecer el fregadero. Esto no es fácil, no señor.

    ResponderEliminar