jueves, 16 de diciembre de 2021

CAMINO DE DAMASCO




Es perfectamente posible caer de un caballo y lesionarse, o iluminarse, como Paulo de Tarso. No obstante, lo más frecuente es sufrir graves daños seas niño o adulto. (*)
Para ilustrar estas caídas hípicas os traigo un bello romance español de Ambrosio de Montesinos. (*)


 

Hablando estaba la reina

en cosas bien de notar

con la infanta de Castilla,

princesa de Portugal.

A grandes voces oyeron

un caballero llorar,

la ropa hecha pedazos,

sin dejarse de mesar,

diciendo: - Nuevas os traigo

para mil vidas matar;

no son de reinos extraños,

de aquí son, d'este lugar.

Desgreñad vuestros cabellos,

collares ricos dejad,

derribad vuestras coronas

 y de jerga os enlutad,

por pedrería y brocado

vestid disforme sayal;

despedios de vida alegre;

con la muerte os remediad.

Entrambas a dos dijeron

con dolor muy cordial,

con semblante de mortales,

bien con voz para espirar:

- Acabadnos, caballero,

de hablar у de matar;

decid: ¿Qué nuevas son éstas

de tan triste lamentar?

¿Los grandes reyes d'España

son varios o vales mal?

Que tienen cerco en Granada

con triunfo imperial.

¿A qué causa dais los gritos

que al cielo quieren llegar?

Hablad ya, que nos morimos

sin podernos remediar.

Sabed -- dijo el caballero,

muy ronco de voces dar –

 que Fortuna os es contraria

con maldita crueldad,

y el peligro de su rueda

por vos hobo de pasar.

Yo lloro porque se muere

vuestro príncipe real,

aquel solo que paristes,

reina de dolor sin par,

y el que mereció con vos,

real princesa, casar:

de los príncipes del mundo,

al mayor el más igual;

esforzado, lindo, cuerdo,

у el que más os pudo amar,

que cayó de un mal caballo

corriendo en un arenal,

do yace casi defuncto

sin remedio de sanar.

Si lo queréis ver morir,

andad, señoras, andad,

que ya ni vee ni oye,

ni menos puede hablar.

Sospira por vos, princesa,

por señas de lastimar,

con la candela en la mano

no os ha podido olvidar.

Con él está el rey su padre,

que quiere desesperar:

Dios os consuele, señoras,

si es posible conhortar;

que el remedio destos males

es a la muerte llamar.





6 comentarios:

  1. En la historia fueron muchas las personas que murieron por una caída de caballo. Eran accidentes de tráfico.
    Por ejemplo Juan I, que según la Crónica de Juan López de Ayala:
    ] E acaesció que un domingo, a nueve días del mes de octubre deste año [1390], en la dicha villa de Alcalá de Henares, el rey, después que ovo oído misa, cabalgó en un caballo ruano castellano [...]. E salió fuera de la villa por la puerta que dicen de Burgos e en un barbecho dio el rey de las espuelas al caballo en que iba e, en medio de la carrera, estropezó el caballo e cayó con el rey, en manera que le quebró todo el cuerpo. E los que y estaban fueron a más andar por acorrer al rey e, quando llegaron do estaba, falláronle sin espíritu ninguno, e finado, e quebrados algunos miembros de la caída [...]

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  2. Perfecto parte judicial de lesiones
    ¿Sabías que el caballo y su dominio o desgobierno es, en alegoría, el dominio o la cesión del hombre a las pasiones.?

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  3. No lo sabía.
    Pero hablando de pasiones y de fatalidades, esto me recuerda a los Cuatro jinetes del Apocalipsis. He aquí al primero:
    Apocalipsis,6
    1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

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  4. Otra. El caballo de la noche como emblema de la pesadilla.

    <>

    VLADÍMIR NABÓKOV, Lolita, Barcelona, Anagrama, 1991

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  5. O lente currite, noctis equi! ¡Oh, corred suavemente, pesadillas!

    VLADÍMIR NABÓKOV, Lolita, Barcelona, Anagrama, 1991

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